Mientras en cientos de medios de comunicación alrededor del mundo se destaca y se le da importancia a los expresado en sus páginas por el diario inglés The Telegraph, en las que aduce que el himno nacional es uno de los más feos del mundo; nosotros, desde estas páginas editoriales destacamos que es el más hermoso y damos varias explicaciones del por qué.
– La gloria de cada uno de sus luchadores, los que cada día salimos a buscar el sustento diario para la familia, es inmarcesible y siempre tenemos un júbilo que no muere jamás.
– Después de años y años de corrupción y en el que muchos niños padecían sufrimientos, al fin hoy ha cesado esa horrible noche y la luz brilla con más claridad en el sendero.
– Somos una nación independiente, así muchos aún crean que falta mucho para ello, y no estamos subyugados a un reinado a quien tengamos que tributarle homenaje. Aunque a veces esos homenajes o tributos se sigan viendo en altas esferas políticas.
– Las espigas que los héroes del campo nos dan a comer todos los días, son un privilegio. Colombia posee una extensa variedad de frutas, árboles de diferentes especies, abundante fauna, una flora envidiable y salida por dos océanos.
– Los manantiales y abundantes cascadas forman miles de Termópilas en muchos de los más importantes campos y departamentos del país; entre ellas Tolima, Huila, Santander, Caquetá, Boyacá, Norte de Santander, entre otras.
– Cuántos colombianos acuden y dan la vida por el deber. Deber por sacar adelante a su familia, salvar a un hijo o su madre. Todos los días encontramos donantes de órganos, sangre y parte de su cuerpo para que otro de sus semejantes sea salvo. Esto nos recuerda la última parte del himno que con orgullo cantamos todos los colombianos y mucho más, cuando estamos lejos de la patria que nos vio nacer.
Ricaurte en San Mateo
En átomos volando
«Deber antes que vida»,
Con llamas escribió.
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