Hace pocos días salió al mercado, bajo el sello de Ediciones B, “Vivir sin los otros”, el libro de Fernando González Santos en el que se reviven hechos dolorosos ocurridos hace 25 años, el 5 de noviembre de 1985, en el Palacio de Justicia durante la toma del M-19 al establecimiento judicial más importante del país.

Para revivir la memoria histórica del país y no olvidar lo que ocurre cada día, recrear la subjetividad y la sensibilidad del pueblo colombiano hablamos con el autor del texto.

Barrios de Bogotá: ¿Cómo fue el trabajo de investigación del libro?
Fernando González Santos: Dura más de 7 años y se inicia como antecedente de un documental que está en proceso de pre producción y que saldrá en fecha aún sin definir, ya que está en la última etapa de grabación y cada día se agregan más cosas; pero es incierta la fecha de su terminación por el seguimiento a los personajes que es uno que está en la novela y debe madurar este proceso de grabación, espero que en un año ya vea la luz.

BdB: ¿Por qué contarlo desde la vista de un periodista?
F.G.S.: Lo que he visto en el caso, es que el periodismo tuvo mucho que ver de cómo quedó en la memoria el hecho, el trabajo de la televisión principalmente  es el registro que la mayoría de personas tiene y el cubrimiento de radio por las frases de los reporteros  y las personas que estuvieron en este lugar quedó marcado en la memoria de un país.

Hay algo adicional, como la mujer que en los años 80 empezó a ser protagónica en el periodismo y en la sociedad en general. Una de la voces de narración es de una periodista que es la testigo principal de todo lo que sucedió con ellos.  De igual forma una mujer como la esposa del mesero que muere en el Palacio, se convierte en uno de los personajes principales de la novela.

BdB: ¿Hay más realidad que ficción en la novela?
F.G.S.: Hay de las dos cosas y en ese caso lo llamamos literatura testimonial, no es la novela típica que un autor se inventa; esta tiene una combinación ente la realidad y la imaginación del mismo autor, es difícil saber cuál es una cosa y cuál otra. Pero hay muchas cosas reales que se viven en ella.

El juicio al coronel es real, la historia de la mujer y la búsqueda de su esposo también. Lo de Ramiro, el mesero, son construcciones que realiza el autor. Me atrevo a ficcionar el cómo fue su vida en las 28 horas iniciales y lo que vivió allá adentro. Uno ficciona pero siempre debe argumentar el por qué lo hace, hay cosas que uno va a decir fue cierto y esto no pero el lector siente que uno no lo está engañando y se vuelve interesante la discusión.

BdB: ¿Se olvida fácil en Colombia lo que ha pasado?
F.G.S.: En parte sí y no. Este tema del Palacio de Justicia está muy metido en la memoria de las personas ya que siempre que hablaba o hablo con alguien, todos tienen una anécdota para ese día de lo que había pasado.

El problema radica en que no hay continuación de profundizar en estas problemáticas y ahondar. Por eso las cosas se convierten en una especie de memoria fragmentada; cuando todo queda olvidado se puede repetir la historia y por eso esto se vuelve peligrosísimo para la acción. Para mí, la memoria debe ser una memoria activa, la gente está atada a las circunstancias y estas no nos dejan actuar. Lo grave es la falta de capacidad para accionar.

BdB: ¿Cuánto tiempo duró la investigación y la decisión de publicar este libro?
F.G.S.: Es algo que atraviesa la historia política de por lo menos 2 generaciones, incluyendo la mía y no había un relato que nos recogieran como generación, me apoyé en los libros publicados, pero faltaba un drama con el que el lector pudiera reflejarse y no se había abordado desde el punto de vista de los familiares de los desaparecidos y a los mismos, ya que eran gente del común y corriente.

A inicios de este año tomo la decisión de sacar el libro por los 25 años que eran claves para publicarlo. El documental arranqué la primera grabación a los 17 años del hecho y pensado para que saliera a los 20 años pero ya vamos en 25 y no está listo aún.

BdB: ¿Por qué se debe leer este libro?
F.G.S.: Para crearse muchas preguntas sobre su vida ya que toca la subjetividad y la sensibilidad y qué tiene que ver con cada uno de nosotros. Por otro lado, es enfrentarse a un drama y no solamente a una información, lo que me parece importante es que uno se enfrente a lo que significa la vida de unos personajes, es un libro pensado en cada uno de nosotros.

Fotos: Cortesía Mayerli López