Ella (Spike Jonze, 2013) es una película que motiva múltiples reflexiones sobre las implicaciones de la inteligencia artificial y lo que significa ser humano.
La historia es sencilla: Theodore Twombly (interpretado por Joaquin Phoenix) es un hombre que está pasando por el proceso de separarse de su esposa y en medio de la depresión post-ruptura, encuentra un sistema operativo nuevo que simula la voz y la personalidad de un ser humano casi a la perfección. Scarlett Johansson hace uno de los mejores roles de su vida, y eso que ni siquiera aparece su imagen en la pantalla! Ella interpreta la voz del sistema operativo, que más que un software inerte, semeja el santo grial de la Inteligencia Artificial.
El personaje interpretado por Scarlett Johansson se llama Samantha, y es un sistema que utiliza su habilidad de aprendizaje constante para evolucionar rápidamente hacia formas complejas de relacionarse con los demás. Lejos de la voz fría y calculadora de Hal 9000, el famoso villano de la épica película de Ciencia-Ficción «2001: Una Odisea en el Espacio», la voz de Samantha es cálida y profundamente humana. Es tal el avance científico en ese futuro indeterminado donde sucede «Ella», que Theodore pierde rápidamente su aprehensión y comienza una relación sentimental seria con Samantha. Dicha relación se prestará para un amplio rango de situaciones que van de la comedia al drama, pasando por el romance.
Más allá de los aspectos artísticos de la cinta, considero que el mayor logro de «Ella» es motivar preguntas sobre la naturaleza humana. A continuación cito un par de ideas que tuve:
1. ¿Es necesario tener un cuerpo para ser humano? ¿Qué pasaría si en un futuro se desarrolla una tecnología muy sofisticada que permita transferir la conciencia, los recuerdos y el «yo» a un dispositivo inorgánico? Estas son algunas de las preguntas planteadas por la filosofía Transhumanista:
http://en.wikipedia.org/wiki/Transhumanism
2. Sin saber que Samantha es «sólo» una voz dentro de un computador, ¿cómo podemos distinguir una inteligencia artificial de una inteligencia humana? El famoso científico y matemático Alan Turing diseñó una prueba para determinar si la inteligencia de una máquina era indistinguible de la de un ser humano. La idea era poner la máquina y una persona común y corriente en un cuarto separado y comenzar a hacer preguntas cuya respuesta permita distinguir al uno del otro. Es obvio que una pregunta fácil para separar a la máquina del hombre, sería hacer una pregunta matemática como por ejemplo calcular la raíz vigésima de un número de 30 dígitos. No obstante, una máquina suficientemente sofisticada podría intuir la intención y mentir deliberadamente para no ser descubierta.
http://en.wikipedia.org/wiki/Turing_test
Me encantaría ver algún día una tecnología tan sofitisticada como la presentada en «Ella». Pero sin ánimo de ser pesimista, creo que estamos muy lejos de lograr crear un sistema como Samantha. Hasta ahora no hemos logrado emular las emociones humanas, ni tampoco hacer que un código de computador se modifique a sí mismo. Sin demeritar el logro de crear un software que venciera a Gary Kasparov, el mejor ajedrecista del mundo, creo que estamos bastante lejos de entender el funcionamiento del cerebro. Y sin entender ese órgano jamás podremos robarle el fuego a los dioses…
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