Bogotá literalmente está más cerca de las estrellas, y sus 2600 metros de altitud significan que estamos también más cerca de la radiación solar, entonces nuestra piel es más vulnerable a los rayos ultravioleta.
El profesor Héctor Castellanos, del Departamento de Medicina Interna, y del área curricular de Dermatología de la Universidad Nacional; considera que los bogotanos debemos saber acerca del riesgo que significa la exposición a los rayos del sol en cualquier época del año, y máxime en esta temporada del inclemente fenómeno del Niño.
Bogotá se encuentra en una dosificación diaria de luz ultravioleta con índices alrededor de 14 y 15, calificados como “extremadamente altos”, según los estándares establecidos por la OMS. El profesor Castellanos además señaló que el sol bogotano no es apto para broncearse; de hecho, explicó que esta acción es una injuria a la piel, la cual responde con su pigmentación como mecanismo de defensa.
Por estos días se reportan muchas consultas por manchas en la piel, lo cual es consecuencia de los días tan soleados. “En todo el país, pero específicamente en Bogotá, se debe evitar exponerse a la luz directa del sol entre las 9 de la mañana y las 3 o 4 de la tarde”, sostuvo el docente. Por ello, recomendó acudir a toda clase de elementos de protección como gorras, sombrillas y, por supuesto, protectores solares, preferiblemente con factor mínimo de protección de 50, que filtra entre el 96 y el 98 % de la radiación UV (indicador que asocia la intensidad de la radiación solar ultravioleta incidente sobre la superficie de la tierra, con posibles daños en la piel humana).
Un reciente reporte del IDEAM, afirma que los valores altos y peligrosos de radiación ultravioleta se presentan en todo el territorio nacional, pero los máximos niveles se dan en las zonas montañosas, particularmente al sur de Antioquia, los santanderes, Tolima, Eje Cafetero, Boyacá, Cundinamarca, Huila, Cauca y Nariño.
Téngalo muy presente
A corto plazo, las quemaduras solares generan efectos como el enrojecimiento de la piel, especialmente en personas de tez blanca, quemaduras de segundo grado e incluso ampollas, entre las personas más susceptibles.
A mediano plazo, y según el investigador y profesor Héctor Castellanos, las personas pueden experimentar la pigmentación de la piel, lo que se traduce en manchas que deben ser tratadas. Lo más preocupante es que a largo plazo, la acumulación de los efectos de la luz ultravioleta conlleva al envejecimiento prematuro de la piel y en casos extremos al cáncer. La mayor vulnerabilidad, según explicó, se presenta en las edades extremas, es decir entre los más pequeños y los adultos mayores, pues tienen una piel más frágil.
Aunque la luz solar en períodos muy cortos proporciona efectos positivos que permiten la estimulación de la síntesis de vitamina D, la cual previene el raquitismo y la osteoporosis, además de mejorar la circulación sanguínea, es de alto riesgo exponerse por períodos prolongados.
Recomendaciones
Use de protectores solares 30 minutos antes de la exposición al sol y aplíquelos nuevamente cada dos o cuatro horas, aunque sean a prueba de agua.
Evite hacer ejercicio o practicar deporte al medio día
Tenga en cuenta que los bronceadores no protegen, por el contrario hacen más sensible la piel a la acción de los rayos UV.
Los ojos también necesitan una protección adecuada contra la radiación solar. Por lo tanto, es muy importante usar gafas de sol homologadas
Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos.
Proteja a los niños, ellos suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos.
No descarte el paraguas. Con cualquier tipo de ellos es posible evitar más de tres cuartas partes de los rayos ultravioleta (UV). Los mejores son los de color negro, que bloquean los rayos entre un 90 y un 99 por ciento.
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